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Cosmética Slow.

1Qué alivio¡. Sí, lo fue cuando descubrí que no era un bicho raro, que había personas con la que compartía mi manera de ver lo que debe ser un cosmético. Pero antes, durante años, he paseado por un desierto en el que mi discurso sonaba raro, en el que intentaba vender aceites vegetales con el sobrenombre de «Salvajes» ( denominación de los vírgenes, no manipulados) o escribía en este blog entadas como estas:

«Cuando el glamour se impone a la razón» , Aquíhttps://margaritacosmetica.com/2023/06/07/cuando-el-glamur-se-impone-a-la-razon/ o esta otra:

» Nos sentimos artesanos» Aquíhttps://margaritacosmetica.com/2023/06/07/nos-sentimos-artesanos/

 Y otras tantas, en las que se dejaba claro una forma de trabajar distinta y que coincidía  con un pensamiento y  forma de vivir emergentes.

Hoy me siento Slow, siento que «Margarita» forma parte de una filosofía de vida que valora la seguridad de uso, la solidaridad, la conciencia ambiental… valores que necesariamente hay que instalar como válidos en nuestra sociedad .

 

La cosmética slow nace como un movimiento ético y natural, que responde al exceso, superficialidad y marketing agresivo del mundo cosmético convencional. Busca devolverle a los productos de cuidado personal su sentido original: cuidar de nosotros con respeto por la piel, la salud y el planeta.

 


 

El término fue acuñado por Julien Kaibeck, un aromatólogo belga, en 2012, cuando publicó el libro “Adoptez la Slow Cosmétique”. Ese mismo año fundó la Asociación Slow Cosmétique, con un sello distintivo que reconoce a marcas comprometidas con los principios del movimiento.

Kaibeck se inspiró en la filosofía del movimiento slow food, proponiendo una cosmética más humana, sostenible y honesta.

 


 

La asociación resume su enfoque en 4 pilares, muy alineados con su forma de trabajar:

 

    1. Funcionalidad:
      Solo usa lo que la piel necesita. Evita promesas vacías y productos innecesarios.
    2. Razonable:
      Favorece el uso moderado, con ingredientes nobles, y promueve el autocuidado consciente.
    3. Natural:
      Ingredientes naturales, producción respetuosa y fórmulas biodegradables. Sin ingredientes contaminantes ni envases superfluos.
    4. Humana:
      Apoya a productores éticos, fomenta la transparencia y el comercio justo. Nada de tests en animales ni explotación de recursos humanos o naturales.

 


 

  •  Ingredientes naturales y mínimamente transformados (aceites vegetales, aguas florales, ceras, arcillas…).
  • Simplicidad en la fórmula: pocos ingredientes, bien elegidos.
  • Envases ecodiseñados y sin exceso de embalaje.
  • No se recurre al miedo (marketing del tipo “anti”) ni a promesas milagrosas.

 


 

 Esto no va, de más bueno o menos, va de entender la cosmética de otra forma, de hacerla de otra forma , más conexionada con la realidad, de aplicarlo con sentimiento , sintiéndola, oliéndola, sin esperar milagros, sólo con la ilusión y alegría  de aplicar algo necesario y sano para tu piel, a la que nunca va a perjudicar. Y además con la conciencia tranquila, en paz ,porque sabes que detrás de su proceso de elaboración, hay una gran carga de solidaridad humana y respeto ambiental.
Después de leer esto, mirará a otro lado o lo considera  una  opción  a probar?

 

 

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